Una prueba que este año estrenaba formato, componiendose de una cronoescalada el sábado y una maratón el domingo y en la que participé junto con mis primos Pablo y Daniel.
La semana de la prueba, a modo de adelanto de lo que iba a ser el fin de semana, ya empezó torcida. Cuatro días antes de la prueba se me rompía la suspensión. Menos mal que el amigo Ivan me dejó la suya para poder participar. No hay en el mundo cervezas suficientes para poder agradecerselo ;)
La crono del sábado consistió en subir y bajar a Montejurra, la montaña más famosa de los alrededores de Tierra Estella. 22 kms con 650m de desnivel acumulado. Tras una subida por pistas y sendas varias esperaba el temido tramo final hasta las antenas, 200m al 19% de pendiente media llegando al 38% de máxima y en los que un desarrollo de 32/42 resultó ser claramente insuficiente.
A partir de ahí otros 11 kms de bajada, prácticamente todo por sendas.
Al día sigueinte me desperté con mal cuerpo y mucho dolor de cabeza. Estaba claro que mi hija, que llevaba un par de días mala, me lo había pegado. Aun asi decidí ir a Arroniz y participar en la maratón de 53 kms y 1500m de desnivel..
En cuanto se dio la salida el malestar ya no importaba, a fuego! pero era evidente que la cosa no iba bien y había más ganas que fuerzas. Las piernas no respondían y en las rampas duras, a pesar de ir a tope, no conseguía subir de las 160ppm. Por eso decidí tomarmelo como una salida de fin de semana más, centrarme en disfrutar de las espectaculares sendas de Montejurra e intentar terminar lo más dignamente posible
Poco a poco fueron pasando los kilómetros enlazando senda tras senda, a cada cual más bonita y exigente.
Una pena no haber podido dar el 100% para haber disfrutado un poco más de la carrera, pero visto el espectacular recorrido y la impecable organización la Arroniz Challenge se va a convertir en una fecha fija en mi calendario.
En el 2020 volveremos!
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