550 personas nos reunimos el domingo
13 de marzo en Arguedas para recorrer la Media Extreme Bardenas, una prueba de
aproximadamente 54 Kms y 1200m de desnivel.
En representación de los Cruzados
acudimos Fernando Murillo y un servidor (Juanjo). Además nos acompañó Inma, la
mujer de Fernando, que a pesar de quedarle un mes para dar
a luz aún tiene ganas de acompañarle a las carreras. Esta mujer, al igual que
su marido, están hechos de otra pasta.
Allí nos juntamos con mi gran amigo
Julio, que bajaba desde Estella y que tras 16 años volvíamos a coincidir en una
prueba de BTT. Lejos queda la época en la que íbamos con bicis de acero, sin
suspensiones, sin pedales automáticos, los v-brake eran lo último en tecnología ciclista... y aun así nos atrevíamos a participar
en pruebas de XCO. Eran otros tiempos.
A las 9 tomamos la salida y
empezamos a rodar neutralizados. Yo iba tranquilamente hablando con Julio hasta
que en una recta fui consciente de que llevabamos tropecientas personas por
delante, tocaba remontar, misión complicada cuando empezaron las cuestas,
embudos y varias veces tocó echar pie a tierra.
Pasaban los kms y poco a poco voy
remontando posiciones. A Murillo no le veía desde la salida aunque intuía que
estaría con los de delante. En el km 25 llego al avituallamiento de parada
obligatoria y le veo terminándose de comer un pastelito, lo primero que pensé
es que si yo me comía uno lo iba a vomitar al instante debido al esfuerzo que
había hecho hasta el momento.
Allí estaban parados todos los gallos, esperando a que empezara la verdadera carrera. Lo justo me dio tiempo para pegar un sorbo a un botellín de agua cuando vi que arrancaban todos, era el momento de engancharme a una buena rueda y ver hasta dónde podía llegar
Allí estaban parados todos los gallos, esperando a que empezara la verdadera carrera. Lo justo me dio tiempo para pegar un sorbo a un botellín de agua cuando vi que arrancaban todos, era el momento de engancharme a una buena rueda y ver hasta dónde podía llegar
En el momento en el que la moto por
fin se apartó los buenos pudieron acelerar y el grupo de 50-60 personas que nos
habíamos juntado se estiró todo lo que pudo. Aquello parecía el Tour de Francia, íbamos haciendo abanicos a causa
del cierzo, que soplaba con ganas, y empezaron a producirse los primeros
cortes. Recuerdo mirar el GPS, ver más de 180 ppm y pensar: “no sé qué coj****
hago yo aquí, tenía que haberme quedado con los malos"
Llegamos a la última subida del día,
el Cuerno, temida por llegar todos justitos de fuerzas mas que por su dureza y
empiezo a notar el sobreesfuerzo en forma de calambres. Meto plato pequeño y
subo piñones con la esperanza de que se me pasen y rezo para que no tener que
bajarme de la bici. Miro a mi alrededor y veo que vamos todos bastante
fastidiados.
Poco a poco parece que se me van
pasando y llegamos arriba, alcanzo a Murillo justo antes de los toboganes de la
valla de Senda Viva y me dice que va mal. Pues anda que yo! Le paso y a la que
intento adelantar a otro participante me encuentro con un escalón de piedras,
que mal momento para parar, pero noto una mano amiga que me empuja por detrás y
me ayuda a recuperar la velocidad, gracias Fernando! Eso termina de motivarme y
me olvido de los calambres.
A partir de ahí se supone que era
todo bajada (mentira) y la mayor parte por senda. Empiezo a pasar a un ciclista,
y a otro, y a otro... hasta que llego a Arguedas, último esfuerzo y al fin
cruzo la meta. Allí nos esperaban Inma y mis padres, que habían bajado a verme
desde Estella. A falta de clasificaciones oficiales mi padre me informa, he
entrado el 27 a 11 minutos del 1º. Fernando llega 4 o 5 puestos detrás.
Al final, 2h40m a 169 pulsaciones de media y encantado tanto con el
resultado como por la ruta. Tocaba ponerse hasta arriba de chistorra y cerveza,
las auténticas razones por las que habíamos ido hasta Arguedas. Sin duda una gran mañana de
domingo que repetiremos en futuras ediciones de la Media Extreme.
