Este era mi 2º intento de superar el desafío de los 10000 del Soplao. El año pasado hubo que retirarse con hipotermia por una desastrosa elección del vestuario. Este año todo era diferente. Iba mejor preparado físicamente, llevaba ropa de sobra y aunque el tiempo amenazaba tormenta sabía que si llovía no me iba a mojar ni la mitad que el año anterior. Además mi novia y yo salíamos de Zaragoza a las 3 de la tarde, no a las 8 como el año pasado. Pero sobre todo, tenía una motivación extra que me iba a hacer terminar pasara lo que pasara.
El sábado me tocó madrugar más de la cuenta puesto que Solares, donde teníamos el campamento base, está a 45 minutos de Cabezón por autovía. Llegue a eso de las 7, me prepare todo lo rápido que pude y para la salida. Iba a empezar tan atrás como en el 2012 aunque eso para mi no suponía ningún inconveniente porque mi objetivo “solo” era terminar.
Empieza a sonar AC/DC a tope, los pelos de punta y poco a poco vamos moviéndonos. Empezamos a rodar y empiezan los atascos. Este año habían endurecido el principio pero también lo habían estrechado, con lo que se formaban unos atascos bastante majos.
Una vez el pelotón se estiró lo suficiente pudimos rodar con comodidad. Terreno bastante rompe piernas hasta que llegamos a la Cocina, la primera subida larga del día, este año asfaltada junto con la subida a las cuevas del Soplao. Llego al avituallamiento y decido no parar, tenía demasiadas ganas de hacer el descenso hasta Celis y grabarlo con la GoPro.
Acojonante lo de este pueblo, no me cansare de repetirlo. Pasas por sus calles y da la impresión de que todos y cada uno de sus habitantes este ayudando de una u otra forma a los participantes. Limpiando bicis, ofreciendo café, pañuelos, frutos secos… espectacular.
Sigo rodando por un tramo de carretera camino monte Aa y a lo lejos distingo el skyline del Pilar en el maillot de un cruzado. Aprieto el ritmo y lo alcanzo, es Luis. Un par de Kms mas adelante nos encontramos con Miguel Angel - que estaba esperando a Francisco que estaba cag....ndo, esto es una licencia del bloggero, ja, ja -, Oscar no se sabe donde está - otra aclaración del bloggero...se habia escapado ya que era el Rookie del año !! -. Llegamos juntos al paso del rio Quivierda donde se había formado un atasco impresionante, parece que a la gente le de miedo cruzar un rio con medio metro de profundidad.
Llego a la otra orilla, miro a mi alrededor pero ya he les he perdido. Decido continuar pero me paro porque veo una escena que no me gusta nada. En un lado del camino veo a un hombre, con todos sus bártulos desperdigados por el suelo y pidiendo ayuda bastante desesperado, había roto la cadena y no llevaba troncha. La gente pasando por decenas a su lado y ni le miraban. Decido dar la vuelta y le ayudo a repararla. Al hombre solo le falto darme un abrazo. También hay que decir que manda huevos ir con una bici de 6mil € a una prueba como el Soplao, no llevar herramientas adecuadas y mucho menos saber utilizarlas.
Reanudo la marcha en solitario hasta que llego a Ruente, allí me esperaba mi novia con una mochila con ropa de repuesto por si llovía mucho, que no fue el caso, aun asi me pongo la térmica buena, la chaqueta de windstopper y me cambio los calcetines mojados.
Sigo hasta que empiezo a subir el Moral. Ahora entiendo el porqué de su nombre, hace falta muchísima moral para llegar arriba. Ves la subida interminable, llegas a donde parece terminar, pasas una curva y te encuentras con la misma estampa, otra subida interminable. Asi hasta 3 veces. Al fin comienza el descenso y empiezo a notar las manos agarrotadas, se que empieza lo duro.
Llego al avituallamiento pero no me paro demasiado, bocata de jamón, aquarius y a seguir. Pero al rato veo que algo no marcha bien, las piernas no me funcionan y me cuesta dar pedales. Miro el cuentakilómetros y me doy cuenta de que había dejado de funcionar hacía rato, marcaba que llevaba hechos 50 Kms. Imposible. Me paro en un lado del camino para tomar un gel y recuperar un poco pero sorpresa, no llevo ninguno, no me he acordado de cogerlos de la mochila que llevaba mi novia, tampoco las linternas!! Pienso que si me pilla la noche estoy jodido, eso si consigo aguantar hasta que se haga de noche. Empiezo a plantearme que cojones hago yo ahí, solo, en medio de la nada, aún queda muchísimo y parece que me está viniendo un pajarón, no se donde estoy, cuantos Kms llevo ni cuantos faltan, se supone que estoy subiendo a Cruz de Fuentes o aún no ha empezado la subida de verdad? Totalmente hundido me vuelvo a montar en la bici, únicamente motivado por lo que me esperaba en meta si lo terminaba.
En seguida me alcanzan 2 hombres, oigo que uno de ellos es de la zona e iba explicándole al otro lo que quedaba. Me pongo a rueda y le pregunto si me lo puede volver a explicar. “Tranquilo”, me dice, “quedan 5 Kms, luego bajaremos 7 y subiremos 5 hasta Ozcava”. Me va explicando perfectamente todos los tramos, eso me motiva hasta niveles insospechados y decido ir con el hasta el final. Vicente se llama mi nuevo amigo, un auténtico crack, al sábado anterior se había hecho él solo todo el Soplao en 13h. “Se que a este ritmo yo llego seguro”, me cuenta, pues si él puede yo también.
Los Kms van pasando y empieza a llover ligeramente, subimos Cruz de Fuentes y Ozcava, adelantamos a muchísima gente en las subidas a pesar de que nuestra media no supera los 7 Kmh y en las bajadas yo lo paso fatal. Mucho frio y las manos ya no responden, casi no tengo fuerza para cambiar de plato.
Llegamos al famoso tramo de la senda de Correpoco. Me habían avisado de que le llamaban la ciénaga de Shrek y pronto descubrí porque, era una senda técnica, llena de piedras y sobre todo barro. Para mi el tramo mas bonito del Soplao, autentico MTB aunque solo fuera ciclable al 50%, me lo pase en grande.
Una vez pasado salimos a la carretera y empieza a llover mientras nos acercamos al Negreo, ultima ascensión del Soplao. Realmente duro en sus primeros 5 Kms pero que supero sin dificultades. Perdí la cuenta de la de gente que adelante, muchísimos con calambres y la mayoría andando. Llegamos arriba con la satisfacción de saber que el trabajo duro ya esta hecho y solo queda bajar. Solo? Cada vez llueve mas y la noche se nos echa encima. Me acuerdo de mis luces, que cagada. Vicente baja detrás de alguien con un buen foco, yo lo hago a duras penas detrás de otro que su linterna apenas alumbra. Bajamos demasiado rápido para ir sin luces y lloviendo, pero solo pienso en terminar.
Al fin llegamos al cruce de la carretera, la Guardia Civil espera a que nos juntemos un buen grupo y nos escolta hasta Cabezón. En ese momento no importa el frio, no importa el cansancio y ni me acuerdo de mis manos agarrotadas. Todos en plato grande a hacer los últimos 7 Kms que nos faltan bajo una tormenta enorme.
Entramos en Cabezón y me descuelgo del grupo. Todas las emociones acumuladas empiezan a aflorar y se me saltan las lágrimas. Ya está hecho. Cruzo la meta en 14h 43’, aunque el tiempo es lo de menos. Le vuelvo a dar las gracias a Vicente por enésima vez y nos despedimos con un abrazo.
Entonces me encuentro a mi novia. Ha llegado el momento cumbre, mi mayor motivación para terminar el Soplao. Me quito los guantes, la mochila y los tiro al suelo, saco el anillo que me habia acompañado durante toda la carrera y me arrodillo en un charco. Ahí mismo, empapado, temblando por el frio y la emoción le pido que se case conmigo. Por supuesto ella acepta. Ya está, doblete, 2 retos superados en un mismo dia.
Sin duda ha sido el mejor fin se semana de mi vida, tanto en lo deportivo como en lo personal.
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